Me siento como nunca antes en mi vida. Cada día un poquito más libre, más humano, más real. Con todo un mundo gigante lleno de desafíos y bellezas. Siempre con cuidado, pero sin pensar demasiado las cosas, esperando que los errores sean solitarios y maestros transitorios.
Disfruto lo que hay cuando lo tengo y no lo extraño cuando lo pierdo o se va, atento a lo que viene mientras sostengo lo que pasa en mi mano, no en la espalda.